La comarca de Tarazona y el Moncayo, en Zaragoza, es una
región plagada de leyendas y curiosidades. La imaginación y la pluma de Bequer
en aquellas “cartas”, desde su celda del monasterio de Veruela, tienen gran
parte de culpa. Al amparo de la aquella montaña misteriosa, El Moncayo,
formaciones geológicas de gran belleza sorprenden a los visitantes.
La que nos ocupa hoy reúne un poco de todo esto; belleza,
sorpresa y leyenda.
Imagen obtenida AQUÍ |
El pozo de los Aines es una dolina formada por el hundimiento de estratos calizos (kásrticos) debido a la acción de corrientes subterráneas. El agua, fue erosionando estos estratos hasta que la parte superior venció, formando el gran agujero que observamos hoy en día.
La sima se encuentra a un kilómetro aproximadamente del pueblo de Grisel. Se puede ir andando desde el pueblo, por un camino acondicionado y con paneles explicativos, o bien en coche, pues cuenta con un aparcamiento muy cerca de la cavidad.
Sorprende al visitante encontrar semejante agujero en mitad
de un olivar. El diámetro de su boca es de 23 metros y cuenta con unos 32 de
desnivel.
En uno de los laterales, se ha habilitado un acceso,
mediante el cual podemos acceder a un nivel intermedio. Existe cierto debate
sobre la formación de la dolina. Mientras que unos expertos afirman que no es
muy antigua geológicamente, y que dataría su formación de la baja Edad Media,
otros aseguran que puede ser más antigua. Esto es debido a haberse encontrado
en las proximidades restos de época musulmana y romana.
Cuando bajamos, por un camino bien iluminado en todo
momento, llegamos a un pequeño mirador construido con suelo de rejilla para
poder admirar la cavidad. En este momento es posible que te lleves un “pequeño
susto”, que no voy a develarte, para no quitarle emoción a tu visita. Es el
momento de admirar y guardar silencio.
Dentro de la cavidad se produce un cúmulo de humedad, que
genera un microclima constante, de una temperatura de unos 10 grados
centígrados. Esto ha dado como resultado, una vegetación propia de lugares
selváticos. Plantas trepadoras, musgo, y enredaderas cubren casi la totalidad
de la sima. El fondo está enteramente cubierto por una extraña variedad de
helecho, llamada “lengua de ciervo”, y que no se ha localizado en otras
cavidades.
Parece un lugar sacado de una película de aventuras, y
personalmente me recordó muchísimo a los cenotes mexicanos de la península de
Yucatan.
Como ya hablaba en la introducción, al estar situado en tan
singular comarca, es inevitable que no haya una vieja leyenda asociada a él.
Esta dice así:
Hacia 1535 los habitantes del pueblo de Grisel
eran en su mayoría moriscos, musulmanes convertidos forzosamente al
cristianismo, siendo muchos los que en secreto seguían practicando su antigua
religión. Así vivía un rico moro llamado Hamet-Ben-Larbi, que en un día
festivo, y no guardando el precepto cristiano de “de oír misa los domingos y
fiestas de guardar”, (según algunas versiones el día festivo era el de
Santiago, otros la Virgen de Agosto e incluso el día del Corpus Christi) aunque
tradicionalmente la fecha más mencionada es la de la Virgen de Agosto.
Ese día festivo salió el moro a trabajar con su criado a una era con el fin de
trillar, al poco de comenzar la faena se oyó un gran estruendo y el moro, el
trillo y las caballerías desaparecieron en un gran agujero que allí se hizo, el
Pozo de los Aines. Los habitantes de Grisel asustados por aquel fenómeno
lo atribuyeron a un castigo de Dios por trabajar en un día festivo.
La leyenda la he obtenido
VÍA
El pozo de los Aines por sus características, vegetación,
leyenda y situación, es una curiosidad única en nuestro país. Si estáis de
paso por esta comarca, que posee muchos atractivos turísticos, merece la pena
una visita, que solo os llevará una media hora y un pequeño desvió.
Ahora bien, si hacéis noche por la zona. El pozo de la
Aines, se puede visitar de noche y de echo ha sido adaptado para ello. La
bajada cuenta con buena iluminación, pero en el fondo se han instalado unos
focos con transiciones suaves de colores que lo convierten en un lugar mágico y
muy romántico. Si podéis no os lo perdías.
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