domingo, 8 de septiembre de 2019

YACIMIENTO DE MALAMONEDA


Cerca del pequeño pueblo de Hontanar, en la comarca de los Montes de Toledo, se encuentra el paraje y yacimiento arqueológico de Malamoneda. De difícil acceso, y a través de caminos de tierra, se llega a este despoblado cargado de leyendas y misterios.

Distribución del paraje de Malamoneda (Vía)


El lugar donde nos encontramos fue reconquistado en el Siglo XII, de manos de los árabes, en tiempos de Alfonso VII de León; aunque existen pruebas de asentamientos en época romana y de la edad de bronce. En algún momento entre su anexión a los reinos cristianos y el año 1210, momento en que es entregado a un noble castellano por Alfonso VIII, se sabe que formo parte de una encomienda de caballeros templarios.

Toda esta zona tiene una fuerte presencia templaria. En la localidad vecina de Navahermosa, encontramos el castillo de Dos Hermanas, también bajo advenición del temple y todos a su vez pertenecían a la encomienda de San Martin de Montalbán.

Castillo de Dos Hermanas en Navahermosa

Para llegar al yacimiento es importante que cojáis el camino del Taramal, que sale del cruce de la CM-4157 Y la TO-3956. En ningún caso hagáis caso a las indicaciones de Google Maps y toméis el camino que sale desde la finca “los pájaros”, ya que es un camino impracticable para cualquier vehículo que no sea un todoterreno. O dejo un enlace a maps.




El yacimiento se divide en tres partes significativas. La torre, el castillo y la necrópolis. Si habéis seguido las indicaciones lo primero que os encontrareis será la torre.

Torre de Malamoneda
La torre de Malamoneda se encuentra en avanzado estado de ruina, y conserva tan solo dos de sus cuatro paredes. En una de ellas todavía se pueden admirar los restos de un matacán, lo que nos indica que tuvo que sufrir una importante reforma alrededor del Siglo XIV.

Se encuentra muy cerca de los restos del poblado, y posiblemente cumplió con las funciones de torre de vigía. A su alrededor los vecinos de Hontanar, todavía mantienen algún cercado
para las bestias.



Si seguimos el camino, en dirección al río Cedena, llegaremos a una zona de huertas, y cobrando protagonismo en el paisaje, se alzan los restos del castillo.

Castillo de Malamoneda
El castillo, de bastante mayor envergadura que la torre, se encuentra en un estado de ruina similar al de esta. Debió contar con un segundo piso, que hoy en día ha desaparecido completamente. La entrada se realiza por un arco de medio punto, el cual ha perdido toda la ornamentación y solo queda el paso.

En el interior no quedan vestigios de muros, que nos de una idea de su distribución interna. Dentro, la vegetación se ha apoderado de la fortaleza; incluso han crecido árboles. Esto le otorga una imagen impactante y misteriosa.




Quizás lo más relevante de todo el yacimiento sea la necrópolis. Dispersos por los alrededores del yacimiento, se pueden encontrar casi un centenar de sepulcros antropomórficos. Seguramente la mayor parte de ellos sean enterramientos de los habitantes, del poblado
tras la reconquista.


Consisten en huecos excavados en el suelo granítico, preparados para contener el cuerpo de una única persona, y que originariamente estarían tapados con grandes losas.




La aparición de varios epígrafes funerarios romanos en los alrededores, nos indica que en este lugar ya se producían enterramientos en época romana.

Si repasamos lo narrado nos encontramos con; un lugar que desde tiempos de los romanos y continuando hasta etapas medievales, sirvió como lugar de enterramiento. Posteriormente los templarios (famosos por el esoterismo de los emplazamientos de sus fortificaciones), levantaron un destacamento aquí. Y más tarde el abandono de todo el pueblo por parte de sus moradores, sin haber registro alguno u motivo de este despoblamiento.





Todo ello lo convierte en un lugar mágico y lleno de misterios, y como todos los lugares de esta índole, cuenta con su propia leyenda, que además, da una explicación fantástica a la necrópolis.
En los campos de la Encomienda de Montalbán, después de la reconquista de la zona por Alfonso VII, los caballeros de la Orden del Temple defendían estas tierras de las invasiones musulmanas. En una de aquellas posiciones, una granja fortificada cerca del río Cedena, los caballeros cristianos se vieron cercados por los musulmanes en la torre defensiva. Los moros no desistían de tomar la fortaleza y viendo que no podrían hacerlo guerreando, secuestraron a dos caballeros para ofrecerles una recompensa en oro si les abrían un portillo de la Torre.
El primero contestó de manera airada y le cortaron la cabeza inmediatamente. El segundo aceptó y recibió una moneda de oro en prenda. Al llegar la noche, el templario traidor abrió la puerta a los moros, quienes encontrando a los cristianos dormidos e indefensos, mataron a todos decapitándolos. El traidor, al reclamar el resto de su recompensa, fue también decapitado.
Los cadáveres de los templarios muertos fueron arrojados a los roquedales para ser devorados por las alimañas. Pero cuando no mucho tiempo después los cristianos reconquistaron el lugar, comprobaron que los cuerpos de los caballeros habían derretido la piedra, hundiéndose en ella hasta que tomó forma de sepultura y preservó sus cadáveres de las fieras.
Sólo un cadáver había quedado sobre las piedras, el del traidor. De éste las alimañas solo habían dejado el esqueleto, que en la mano apretaba todavía la moneda de la traición. Esta mala moneda dio nombre al lugar y al arroyo al que fue arrojada, Malamonedilla.
Los enterramientos se taparon con losas y en el roquedal se grabó una inscripción, relatando el milagroso suceso. Pero por las noches, el ánima fantasmal del templario traidor busca su moneda para pagar al diablo el rescate de su alma."




La leyenda la obtuve AQUÍ
Para ver las fotos originales pincha AQUÍ

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