Capital del más grande imperio de su época y cuna de grandes reyes, por su rico patrimonio, ya bien merece una visita.
Cómo valor añadido debemos decir que entre sus museos cuenta con auténticos tesoros. Algunos de ellos se encuentran entre las mejores colecciones de toda Europa, como son; el museo de arte oriental y el museo nacional de escultura policromada.
Existe un museo, sin embargo, que pasara inadvertido para la mayoría de
visitantes. Un museo fuera de lo común y que por lo extraordinario de su
contenido, merece una reseña. Estoy hablando del Museo Anatómico o de Ciencias
Biomédicas de Valladolid.
El Museo Anatómico de Valladolid fue fundado a finales del Siglo XIX por el ilustre doctor en Anatomía y natural de Palencia D. Salvino Sierra y Val. En aquella época la normativa obligaba a las facultades de medicina a tener un gabinete de anatomía con fines didácticos.
Desde entonces los útiles y colecciones de este gabinete se fueron ampliando, dando como resultado una magnífica colección de ejemplares destinados a la docencia.
En el museo podemos observar exquisitas piezas realizadas en cera y que fueron adquiridas a la casa Tramond de Paris, con todo lujo de detalles sobre la anatomía humana.
El realismo es impresionante. Podemos apreciar venas y arterias, y las figuras se complementan con pelo autentico cuando se requiere.
Existen también modelos en arcilla y escayola, y algunos más
recientes en cartón y plástico. Este último material es el que se usa en la
actualidad por sus propiedades maleables.
El museo cuenta con una pequeña e inquietante colección de
piezas naturales, es decir, de especímenes humanos, guardadas en formol,
parafina o inclusiones en resina
En unos expositores podemos ver material de cirugía de
finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Llama la atención los
maletines con el instrumental quirúrgico de la época, para la realización de
embalsamamientos, inyecciones e incluso trepanaciones. Mirando esas cajas no
puedo sino suspirar aliviado, y dar gracias por la práctica medicina actual.
Continuamos la visita donde apreciamos distintos aparatos de
rayos x, visores estereoscópicos, microscopios y hasta una botica datada en el
año 1930. En ella se encuentran los antiguos frascos que contienen diversas,
plantas, especias e incluso venenos.
La sección de Osteología posiblemente sea la más
impresionante de todo el conjunto y por supuesto la que más haya llamado nuestra
atención al entrar. Cuenta en su haber con más de 8.000 huesos humanos en
ejemplares de diferentes edades y con gran valor antropológico
Pero lo que te dejara sin duda con la boca abierta son los
más de 6.000 esqueletos de 1.440 especies de animales diferentes; peces,
anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
Entre ellos destaca un ejemplar de león adulto proveniente
del zoo de Barcelona o el esqueleto del famoso panda gigante del zoo de Madrid
Chu-lin. Hay que decir, que todos estos esqueletos provienen de donaciones de
los zoos cuando los animales mueren o animales encontrados muertos, en ningún
caso se lastimo a ningún animal de forma voluntaria.
En definitiva y como conclusión. Salí de allí con la boca
abierta. Con la sensación de haber retrocedido 100 años en la historia y con
una mayor comprensión, en parte, de los esfuerzos de la ciencia médica, por
lograr lo que tenemos hoy en día.
El museo no es apto para estómagos sensibles. Es posible
que hiera la sensibilidad de los amantes de los animales, a pesar de que no se
lastimo a ninguno para la adquisición
de las piezas.
de las piezas.
Para llegar a él deberéis dirigiros a la Facultad de
Medicina de Valladolid. Es un poco complicado de llegar, dentro de la propia
universidad, por lo que os recomiendo que preguntéis en conserjería y ellos os
ayudaran a llegar.
El horario es de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 16:00
a 18:00 y la entrada es gratuita.
Podéis ver las más fotos y los originales AQUÍ
Podéis ver las más fotos y los originales AQUÍ
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