sábado, 7 de septiembre de 2019

CÍVICA


La Alcarria, en la provincia de Guadalajara, quizás sea una de las comarcas más conocidas de toda España. Gran parte del mérito lo tiene el legendario viaje que Camilo José Cela realizó en el año 1946, y que retrato con todo lujo de detalles en su famoso libro “Viaje a la Alcarria”.
Pero La Alcarria, esconde algunos secretos.
Si por casualidad tu viaje te lleva por la carretera CM-2011, entre las localidades de Brihuega y Masegoso de Tajuña, te aseguro que será imposible que no detengas tu vehículo, cuando, tras atravesar una curva en la carretera, te encuentres con esto.




Acabas de llegar a la pequeña localidad de Cívica.

Bueno, para ser más exactos, Cívica es una pedanía de la ciudad de Brihuega y se encuentra situado en el alto, tras la impactante mole con la que te acabas de topar.

Lo que tienes en frente, son un conjunto de galerías que la naturaleza excavó en la misma roca, y que la mano del hombre termino de rematar.



La verdad es que no existen muchos datos sobre esta singular “edificación”. Al parecer un sacerdote llamado Aurelio, del cercano pueblo de Valderebollo, se dedico a excavar y a acondicionar las galerías durante unas dos décadas, entre 1950 y 1970.

El mótivo que le llevo a acometer semejante trabajo todavía es un misterio a día de hoy, lo que proporciona una leyenda aún más perturbadora al lugar.

Lo que esta claro es que el peculiar estilo arquitectónico no deja indiferente a nadie. De echo parece sacado de una novela fantástica, lo que me hace preguntarme de donde sacaría el sacerdote semejante inspiración

Hoy en día el lugar esta completamente abandonado, aunque quedan vestigios de que en algún momento fue un bar de carretera. La propiedad es privada, pero como comprobareís el recinto esta abierto y es de fácil acceso. Del interior os diré que no teneís que temer, ya que lo ví bastante seguro.

Si nos acercamos a la entrada principal, llama poderosamente la atención los arcos ojivales labrados, que dan forma a la puerta y a las ventana y que recuerdan claramente a un estilo medieval.



Accedemos por la ventana y lo primero que vemos es una especie de barra, quizás algo más moderna, y que nos confirma su posible uso como bar.



A partir de aquí los pasadizos y escaleras se suceden y aunque el camino es relativamente sencillo, da la sensación de estar andando dentro de un laberinto.






En el piso superior accedemos a la balaustrada y un largo pasillo que la recorre. Lo más curioso de esta parte es que a través de pequeñas oquedades en las paredes se accede a habitaciones interiores de más tamaño y que claramente habían sido usadas de forma más o menos reciente.



Es posible acceder desde el interior a la parte superior del complejo, pero merece la pena, llegados  a este punto, retroceder un poco y subir por la escalera exterior hasta la azotea.


En este momento vemos que la extraña edificación se mezcla prácticamente con las casas del pueblo situadas inmediatamente por encima



Cívica, me pareció uno de los lugares más extraños que he visitado, en parte quizás, por el total desconocimiento que existe sobre el lugar. ¿Quién era Aureliano? ¿La obra se realizó únicamente por razones artisiticas (¿arte marginal), o escondía otro propósito, que solo el viejo sacerdote sabía?

Preguntas sin respuestas que lo hacen irresistible para todos aquellos que nos gustan los lugares insolitos de nuestro país.

Sí quereís ver alguna fotillo más o trastear con ellas, pulsar AQUÍ.


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