Entre dos de esas puntas, la Punta de Insua, y la Punta do
Cabalo, y muy cerquita de la playa de Abrella, se encuentra la cueva que nos
ocupa.
Para ello voy a empezar por relataros la leyenda que se cuenta sobre ella.
Playa de Abrella |
“Cuenta la leyenda que le da nombre, que en esta escondida y fría cueva, habita, retenida mediante el conjuro realizado por un rey moro, una hermosa doncella encantada. De rubios cabellos y vestido blanco, cada año, al romper el alba de la noche de San Juan, baja del acantilado para bañarse y peinar sus cabellos con un peine de oro y brillantes. Más creíble es la versión de que era una cueva donde piratas y contrabandistas escondían sus alijos, inventándose la leyenda para alejar a los curiosos.”
[Este relato lo he obtenido VÍA]
Pero, aparte de la leyenda, ¿Qué es lo que hace a esta cueva
diferente a las demás? Para descubrirlo vamos a acercarnos hasta el punto que
os marco en este mapa.
Hasta donde os indico, es posible llegar con vuestro
vehículo. A partir de aquí, un sendero de tierra, nos adentra por un
eucaliptal.
Pasado un tiempo, veremos una bifurcación, en la que debemos coger el desvió de la derecha.
Pasado un tiempo, veremos una bifurcación, en la que debemos coger el desvió de la derecha.
Continuamos la senda prácticamente hasta el final. Cuando estemos
cara a cara con el Cantábrico, casi habremos llegado.
La entrada de la cueva es un agujero angosto que se
introduce en la tierra. Es muy probable, que pase desapercibido a menos de que
sepas lo que estás buscando. También sería normal, que un paseante casual; si
es que hasta aquí llegan, pasara de largo por la estrechez de la abertura
Descendemos por el agujero y ante nosotros se abre un túnel. Es preciso caminar en cuclillas, incluso a gatas, los primeros metros. Según avancemos un poco, la cavidad se va haciendo más grande, y la visión del fondo de la cueva más nítida.
Y cuanto más avanzamos, más nos percatamos de que es lo que
tiene de especial la cueva.
Se trata de un balcón, de belleza extraordinaria, que mira
al mar Cantábrico. La situación entre las dos puntas, con los acantilados y los
roquedales, le da un aspecto sobrecogedor.
El tiempo que pasé en este lugar, no deje de pensar en la sensación que se sentirá al pasar la noche en un lugar así, o visitarlo en un día de fuerte tormenta.
El tiempo que pasé en este lugar, no deje de pensar en la sensación que se sentirá al pasar la noche en un lugar así, o visitarlo en un día de fuerte tormenta.
Si bien no podría decir que la visita a la cueva sea
peligrosa, si se debe de extremar precauciones, si se visita con niños. Es
probable que personas con vértigo o claustrofobia, lo pasen un poco mal debido a
la estrechez del pasadizo, o la impresión de la caída. No olvidemos que la
altura es considerable, y no dispone de barandillas ni otro medio para
asegurarnos en caso de despiste.
Para todos los demás espero que disfrutéis de este bello
rincón de la costa gallega.
Podéis ver las fotos originales AQUÍ.
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